Columna de la Dra. Nancy Álvarez: Manténgase alejado de los hombres casados

Siempre digo: un hombre casado es como una galleta con gorgojos. Un tema que no lleva a ninguna parte. De cada 10 mujeres que mantienen relaciones con hombres casados, sólo una –tal vez– conseguirá que él se divorcie y se case con ella.

Puede ser que el hombre tenga problemas con su actual esposa y quiera dejarla. Pero es el mismo cuento de siempre: “Me voy a divorciar, pero los niños…”, “Me voy a divorciar, pero ella no tiene trabajo”, “Me voy a divorciar, pero… etc.”

Lo que pasa aquí es que los hombres casi nunca se divorcian. Las que nos divorciamos somos mujeres. Los hombres, recuerde, no son malos, pero sí analfabetos emocionales. Prefieren vivir peleando con una mujer, sin ser felices, que tomar una decisión emocional.

Nadie enseñó al hombre a llorar. Desde niño le dicen: “los hombres no lloran, tú eres machista, así que puedes aguantar”. Tú eres el que está a cargo. Tú tú tú.”

Entonces, al niño nunca se le permite expresar sus emociones y crece así. Y esta sociedad sigue alentando a los hombres a ser machistas y duros. No saben qué hacer en situaciones emocionales. Si vamos a un velorio, ¿dónde están los hombres? En un rincón, fumando, tomando café, contando chistes. Haciendo de todo menos llorar. Las mujeres lloramos a los muertos, los recordamos y rezamos, pero los hombres huyen de todo lo que tenga que ver con emociones. No es el culpable, sino la sociedad que lo creó de esta manera.

Así que afrontar un divorcio (y yo enfrenté uno) es llamar al diablo y verlo venir. Y más cuando hay niños, porque el niño pregunta “dónde está mi padre, por qué no viene”. Esto es serio. El hombre siempre se lleva la peor parte. Te guste o no, en casi todos los divorcios las madres se quedan con los niños y los hombres les quitan todo para sustentarse. Esto también es injusto, especialmente en Estados Unidos.

A los hombres les va muy mal cuando se divorcian. Si tienen dinero, se lo quitan. Por eso tienen miedo del proceso y prefieren quedarse donde están. Además, cuando un hombre se divorcia, necesita tiempo a solas para volver a enamorarse y casarse. Y si se separa y se casa con quien tiene (porque no sabe estar solo y se aferra a nada), entonces el divorcio es un lío. La novia no sabrá cómo afrontar la situación, pues su suegra, su madre, sus hijos, todos, recaerán sobre ella.

En cualquier caso, no recomiendo una relación con un hombre casado. Le dices: “Adiós, adiós, cuando estés divorciado y hayan pasado seis meses, si todavía estás interesado en mí, nos volveremos a ver”.

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