Dejo su esposa y se enamoró de su vecino sin darse cuenta, pero aceptarlo fue mucho más difícil





Marcelo tenía 50 años y más de media vida de matrimonio cuando se separó de la madre de sus hijos y se mudó a un monoambiente para empezar de nuevo. Ahí conoció al Pela y se hicieron amigos, hasta que la amistad se transformó en otra cosa y el miedo al qué dirán casi le cuesta la felicidad.


Un abrazo en la playa frente a sus amigos. Algo tan común para tantas parejas, para ellos era un hito: nunca lo habían hecho antes. En dos años de relación, nunca se habían abrazado en público, ni se habían dado un beso o la mano por la calle.

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